Los valencianos españoles somos amantes del fuego, que no pirómanos. Nos gusta el arte, la música, las flores, las letras, la pintura, las risas, las emociones, la magia….
—¡Mira, papá!
Sus ojos azules, grandes y brillantes se abrían cada vez más a cada paso que daba.
—¡Jajá! ¡Qué risa!
Las fallas con sus ninots o muñecos de cartón-piedra se mostraban ante ella como algo maravilloso, enseñándole un mundo nuevo y espectacular, donde la fantasía se mezcla con la ilusión de un niño que descubre algo nuevo.
La noche llegó y la ciudad iluminada resplandeció. Aquellas obras de arte callejeras resaltaban más aún si cabe su esplendor con los focos que las rodeaban.
—¡De noche son más bonitas!
Sus ojos no querían perderse nada, seguían abiertos ante el arte creado por los artistas.
Pero a las doce de la noche, una traca infernal encaminó su fuego hacia aquellos muñecos devorando sus cuerpos.
—¡Papá, las están quemando! ¡No quiero!
Sus ojos azules, grandes y brillantes lloraban ante el espectáculo que mostraban las llamas.
—No llores, que han sido creados para esto.
Ninguna explicación era aceptada, ningún razonamiento fue comprendido, sus ojos se tornaron tristes, ausentes. La magia se había evaporado.
Un día, el colegio hizo una visita al taller de un famoso artista fallero, éste obsequió a los niños con un pequeño ninot.
—¡Mira, papá!
Sus ojos se volvieron abrir llenos de ilusión. Se pasaba el día abrazada a su muñeco. Jugaba, comía y dormía con él, fue su mejor juguete.
Los bomberos me arrastraban fuera de la casa, alejándome del furor del fuego que devoraba a mi niña abrazada a su muñeco, mientras en mi delirio la oía: “Hemos sido creados para esto”.
© Texto de Jesús García Lorenzo
Un final apabullante.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Alfred. Sí, efectivamente da cosa.
EliminarUn saludo
Me clavaste una puñalada con el final!!!
ResponderEliminarque relato terrible
Sabes que me quede pensando que en verdad los niños vivencian las cosas de este modo y que hay que tener cuidado con las explicaciones que se dan a ciertas cosas porque ellos suelen tomarlas "literal". Fantástico escrito.. Te dejo un abrazo y el deseo de un lindo fin de semana!
Eli, no quise hacerte daño, pero si es cierto que hay que llevar cuidado con lo que se transmite a los niños.
EliminarGracias por tu comentario.
Un saludo
Hola Jesús. Un relato muy bien contado con un final que sorprende y duele hasta los huesos. Coincido con las palabras de Eli Méndez, en cuanto ha que tener cuidado con las explicaciones dadas a los niño. Acertado el ritmo y el asalto final al lector. Me dejaste sin palabras.
ResponderEliminarHola Mónica. Gracias por tu comentario. No sé porqué pero me da que, aunque a los hombres nos duele, a las mujeres les hace mucho más daño este final, tendrá que ver quizás la maternidad.
EliminarComo siempre un placer que comentes.
Un abrazo
Me has dejado sin habla. Al final, en una frase has recreado la más terrible de todas las escenas que me podía imaginar cuando empecé a leer tu historia. Tremendo.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias Manuela. Veo que también te ha impactado el final. Es cierto que duele pensarlo, afortunadamente no conozco ningún caso parecido, a lo mejor es porque dede pequeños lo asumimos que las Fallas son así.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un saludo
Prefiero las Fallas con sus ninots y su alegría pero como relato es la bomba.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Gracias Pitt, yo también prefiero la fiesta y la admiración de los monumentos sabiendo que su final es ser devorados por el fuego, pero no concibo otro final para este cuento (qué malo soy).
EliminarUn saludo
Un final atolladero Jesús!
ResponderEliminarLos niños son como esponjas absorben todo tipo de información, y como bien dicen más arriba, hay que tener mucho cuidado.
Conocer las fallas de Valencia, es algo que tengo pendiente.
Un saludo!
A. El día que puedas venir y conocer las Fallas de cerca y vivir la fiesta tal y como se presenta en la calle, con los disparos de tracas y petardos (Mascletás) durante el día, y fuegos artificiales (castillos) por la noche quedarás fascinada. Te doy mi palabra.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, que es muy acertado.
Un saludo
El final es de un impacto tremendo e inesperado. Pero hace el relato muy, muy bueno y le da todo el sentido. Da mucho juego la idea... "hemos sido creados para esto"... La fe literal de los niños me hace pensar también en la fe literal del fanatismo religioso, por ejemplo, en los adultos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Volarela, efectivamente los niños son peligrosos y los oros también.
EliminarGracias por tu comentario.
Un saludo