31 enero 2021

Sueños

Reclinado sobre el sofá que lo albergaba durante una hora tres días a la semana, Juan escuchó la pregunta del psicólogo.

—¡Bien! ¿Qué has soñado esta noche?

Cerró los ojos, como de costumbre, y comenzó a relatar su sueño.

—Andaba descalzo por una calle…

—¿Por qué descalzo? —interrumpió el psicólogo.

Juan abrió los ojos y quedó mirando el techo blanco de la consulta; durante unos segundos el silencio se adueño de la sala.

—No lo sé, quizás porque hacía calor —volvió a cerrar los ojos y siguió relatando lo soñado—, sentía en la cara el calor del sol. Levanté los brazos y comencé a dar vueltas mirando al cielo. Cuando pare note que mis pies no tocaban el duro asfalto, abrí los ojos y la naturaleza me rodeaba. Un frondoso bosque me invitaba a adentrarme en él…

El psicólogo que estaba tomando notas preguntó sin dejar de escribir.

—¿Qué te decía?

—¡Ven! No pude negarme, mis piernas comenzaron una carrera hacia su interior.

—¿No te dolían los pies descalzos?

—¡No, para nada!, al contrario era agradable.

Se produjo un silencio, el psicólogo levantó la vista y preguntó:

—¿Qué ocurrió? ¿Algo extraño?

Juan abrió los ojos y continuó.

—Un rumor se oía a lo lejos y corrí para alcanzarlo, pronto me encontré fuera del bosque; mis pies pisaban arena caliente.

—¿Una playa? —preguntó el psicólogo.

—Una playa —respondió Juan—, pero la arena era negra y el agua a penas se movía, sin embargo el sol lanzaba sus rayos con tanta fuerza que los pequeños granos de la superficie ardían. Corrí hacia el mar para aliviar mis pies, y al llegar un fuerte olor a azufre me detuvo. El agua estaba hirviendo. Un fuerte ruido me hizo volverme, un volcán estaba reventando ante mis ojos, la lava humeante bajaba con rapidez la ladera. Estaba rodeado, no podía alejarme; era mi final, acabaría devorado por la tierra líquida o por el agua hirviendo. Mis piernas se quedaron rígidas, no podía moverlas…

El psicólogo dejó de escribir, se levantó de su sillón y acercándose al magnetofón le dio al stop, luego despacio y sin pronunciar palabra le puso una mano sobre el hombro.

—¡Ya está bien por hoy!

Juan le sonrió y ayudado por el psicólogo se incorporó para sentarse sobre la silla de ruedas que albergaba su cuerpo desde que un conductor ebrio lo sentó en ella con solo diez años.

24 enero 2021

Tu nombre



Te vi pasar cerca de mi, casi me rozaste.

Siempre me arrepentí de no haberte cogido cuando te tuve tan cerca.

Ahora, en el último trayecto de mi vida hago repaso de lo que fue, y descubro con tristeza lo que pudo ser.

¿Tu nombre? ¡Ah! Felicidad, Dicha, Bienestar, Prosperidad, Fortuna, Bonanza.

Tú siempre llegas, aunque sea con el último suspiro.


©Texto de Jesús Garcia Lorenzo

14 enero 2021

Turisteando



Desconocía lo imprescindible que era dar leche a los camellos, sin embargo fue condición sine qua non para turistear por el desierto.

Abel-li-Lamed me cobró lo suficiente para alimentarlo durante tres meses, pero los bellos ojos de Adela me miraron y no pude resistirme al atraco.

En un alto del camino pude admirar como el sol se ocultaba entre las dunas, y a Adela cabalgando hacia el ocaso en brazos de Abel.


©Texto de Jesús García Lorenzo

08 enero 2021

La firma

Cargué la pluma y firmé el despido ante él. Una mancha lo emborronó. Su sangre estaba muy líquida.


01 enero 2021

La ofensiva




El Rey lanza su rugido en mitad de la noche. Ojos Grandes se acerca a la jaula del Rey quién le ordena que ocupe su puesto. El búho, diligente, comienza su recorrido aéreo por el parque.

El chimpancé es el encargado de abrir las jaulas.

Uno a uno los animales se reúnen en la explanada central.

—¿El vigilante?

—Durmiendo —asevera el leopardo—, está borracho.

—¿Borracho?

—Sí, majestad, hoy los humanos celebran una fiesta en toda la ciudad. 

—¡Ah, sí! ¿La noche vieja?

—En efecto, majestad.

—¡Bien! —El Rey carraspea.

A la luz de la luna el Rey de la Selva explica el plan ideado por sus consejeros. Así, una vez dadas las oportunas indicaciones se retira con paso firme y pausado seguido de su séquito.

Inmediatamente comienza a funcionar el engranaje. Los roedores serán los encargados de abastecer a la tropa. Las palomas transmitirán las órdenes a todos los puestos.

Los camaleones junto con las jirafas, informarán de cualquier cosa del exterior. El mono aullador negro, es el encargado de dar la alarma.

Los animales de las familias caninas y felinas son el ejército. Los ñus, rinocerontes, bisontes y toros son la fuerza de choque.

El año comienza con el zoológico repleto. En sus jaulas y habitáculos se despiertan con resaca los humanos. Una nueva era ha comenzado.


©Jesús García Lorenzo