26 junio 2009

Cuando llega la inspiración

Lo difícil no es escribir, lo verdaderamente difícil es que te lean. “Manuel del Arco”


Cuando llega la inspiración


Me desperté preocupado ante el ultimátum que mi editor me había obsequiado la noche anterior.

Con una taza humeante de café, me dirigí al ordenador esperando una iluminación divina con la que aplacar aquella amenaza recibida. Al depositar mis manos sobre el teclado las palabras surgieron solas, sin esfuerzo, enlazando ideas y situaciones. Sentí la inspiración brotando por cada uno de mis dedos, me sentí el dueño, el dios, el creador del lenguaje.

Satisfecho puse el “Fin”. Ocho páginas de las que me sentí orgulloso. ¡A ver ese… inculto, ese maestro fracasado de las letras, qué tenía que decir!

Abrí el correo todo digno y le envié: “Querido editor, aquí te adjunto una obra maestra, es un cuento intenso, lleno de giros, e inaudito.”

Contento por un trabajo bien hecho, bajé a la calle a respirar aire fresco y a comprar el periódico. A mi vuelta tenía contestación de mi editor: “Querido escritor, tu correo fue una verdadera sorpresa. No lo esperaba. Pero cuando leí tu relato, me quedé con la boca abierta.

Realmente es intenso e inaudito. Al principio, al leer las primeras líneas tuve que repetir su lectura, y me surgieron dudas pero luego se desvanecieron.

Así pues querido escritor, y empleando el mismo lenguaje usado en tu cuento, solo me queda decir qué: “Tu rlato s dsprciable, da vrdadro sco, si sto s tdo lo q sabs scrbir ¡vt a la mirda!
Qdas dspdido.”

24 junio 2009

¡Ya hace un mes!

Este blog ya tiene un mes de vida.
Quiero dar las gracias a todos los que dejasteis un comentario, pero en especial, a los que entraron, leyeron y volvieron.

Como habéis podido ver, este blog es un lugar donde contar cosas creadas por mi imaginación. Ese balcón donde salir y gritarle al mundo lo que se me ocurre.

Claro está que me hubiera gustado que la gente participara con sus comentarios. Que me lean está muy bien, que personalmente me lo hagan saber, también, pero si además esos comentarios se hacen en el blog, genial.

Quizás no sea muy atractivo a la vista, sin fotos y esas cosas, pero qué le vamos a hacer, es mi libreta literaria.

Posiblemente en algún momento cambie algo, que lo haga… más seductor. ¡Probablemente!, o no.

De todas maneras seguiré agradeciendo la visita de todo aquel que se acerque a… mi libreta.

Gracias a todos. A los que me leísteis, me leéis y a los que lo haréis.

20 junio 2009

Presentación de "Tribulaciones de un sicario"

Ayer tuve la gran suerte de estar en la presentación de lo que presagia ser un gran libro "Tribulaciones de un sicario" (Editores Policarbonados) de Eléna Casero.

Digo esto por dos motivos. Uno, porque era la primera vez que asistía a una presentación donde el autor, autora en este caso, conozco personalmente y dos, porque las veinte primeras páginas me han resultado amenas, interesantes, faciles de leer, y si me lo permite la autora, una verdadera gozada.

No puedo decir mucho del libro porque todavía no lo he terminado pero lo recomiendo, sobre todo a aquellos que, como dijo Mariano en la presentación (a quién por fin conocí personalmente), apuestan por autores no consagrados. aunque Eléna Casero ya puede considerarse consagrada con una tercera novela.

La presentación fue divertida, graciosa y muy coloquial. Se dijeron cosas que a un principiante como yo le resultan atrayentes. Como saber, en qué lugar y de qué manera escribe. Si hay o no inspiración. En fín, muy pero que muy sugestivo.

Os recomiendo esta novela y a su autora, que no venderá tantos libros como ese autor ¿sueco? pero que no tiene nada que envidiarle.

¡Bravo, Eléna!

06 junio 2009

LA CARTA

“El acto más importante de nuestra vida es la muerte.” Ernest Renan.


LA CARTA

“Desestimada y poco seductora Muerte:
La presente es para pedirte, que si por un casual estoy en tu base de datos, me pongas al final.
¡Verás! Resulta que a pesar de mis achaques, mi edad y esos momentos (escasos por cierto) breves (por otra parte) en los que sin pensar en lo que hacía, me he acordado de ti, deseo rectificar y con fuerte fervor agarrarme firmemente a la vida.
El otro día, así sin más, comprendí que me quedan muchas cosas por hacer. Aunque ya he plantado un árbol, he escrito un libro, he tenido un hijo, y he subido en globo. No he visto crecer ese árbol ni a ese hijo, no he publicado ese libro. ¡Y lo del globo! Pues solo fue una subida de veinte metros atado a una cuerda.
Además, me gustaría (si te parece correcto) poder irme contigo dejando atrás algo por lo que mis hijos y mis nietos me recuerden.
Ya sé que he tenido una vida para conseguirlo, pero la he pasado aprendiendo, y ahora que ya sé, quiero realizarlo.
Por esa razón te pido, que me des algún tiempo más. Tú, que el reloj lo controlas retrásalo, o mejor páralo. No te pido que no me hagas la visita prevista, si la tienes que hacer hazla, pero no ahora.
Si tienes a bien concederme este pequeño deseo, te estaré eternamente agradecido.
Fdo: Yo, el que tu sabes.
Valencia a primeros de mes del dos mil y pico.”

La carta la dobló con esmero, humedeció con cuidado la solapa del sobre y lo cerró. Luego escribió “A la muerte (recoger en cartería)”

Cuando un funcionario comenzó su trabajo de clasificar, vió la carta, sonrió y la lanzó en el casillero de “Cartas imposibles”

Los días transcurrieron. Por la oficina postal pasaron miles de gentes, pero un día…

Un hombre alto, enjuto y envuelto en negro, se acercó a cartería y con voz profunda pidió una carta dirigida a él “¿A qué nombre?” preguntó el funcionario sin levantar la vista, “A la Muerte” respondió aquel hombre. El funcionario sonrió creyéndolo una broma, pero al mirarlo a los ojos comprendió que no y fue al cajón de cartas imposibles.

Al volver del trabajo como de costumbre miró el buzón, entre publicidad y facturas encontró una carta dirigida a él, sin remite y sin sello. El vicio pudo más que el contenido de aquella carta y salió en busca de un estanco.

Mientras encendía un cigarro del nuevo paquete, vio esperando el verde del semáforo, a una mujer que de la mano llevaba un niño de corta edad. Sonrió.

De pronto el niño se soltó de su madre y cruzó. Todo sucedió muy rápido. Un autobús, el niño en medio y él corriendo. Un empujón.

En el tanatorio una viuda recibía miles de visitas entre ellas la de una madre agradecida.

En un momento de tranquilidad, abrió la bolsa de efectos personales, y vio una carta sin remite ni sello, la abrió y en medio de una página en blanco, una palabra “Concedido”

01 junio 2009

El teleadicto

Cuando empezó la televisión, allá por los años cincuenta, se llegó a decir de ella que era una forma sencilla de lavar un cerebro, sin que nadie se diera cuenta. Hoy se le llama caja tonta.

El teleadicto

Un consejo televisivo me dio esperanza. “Consulte con su farmacéutico”.
Consulté y orgulloso volví a casa con mi sal de frutas. No volvería a padecer malestar de estomago.
Después de una cena apetecible y en previsión, me tome la dosis recomendada por mi boticario, y fui a la cama.
Desperté en una cama de hospital con tubos, cables y un aparato que solo repetía “Bip”. Busqué a mi farmacéutico por todos lados.
Un médico me habló de no sé qué de arterias obstruidas, tensión alta y úlcera.
—¡Qué sabrá usted si no es farmacéutico!