01 junio 2009

El teleadicto

Cuando empezó la televisión, allá por los años cincuenta, se llegó a decir de ella que era una forma sencilla de lavar un cerebro, sin que nadie se diera cuenta. Hoy se le llama caja tonta.

El teleadicto

Un consejo televisivo me dio esperanza. “Consulte con su farmacéutico”.
Consulté y orgulloso volví a casa con mi sal de frutas. No volvería a padecer malestar de estomago.
Después de una cena apetecible y en previsión, me tome la dosis recomendada por mi boticario, y fui a la cama.
Desperté en una cama de hospital con tubos, cables y un aparato que solo repetía “Bip”. Busqué a mi farmacéutico por todos lados.
Un médico me habló de no sé qué de arterias obstruidas, tensión alta y úlcera.
—¡Qué sabrá usted si no es farmacéutico!

1 comentario:

  1. ¿Ves como tenías que empezar un blog?
    Esto es algo distinto. Se aprende, se encuentra buena gente y lo que no lo es .... se ignora.

    Un abrazo, compañero de música

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