Multitudes deambulando silenciosas por las ciudades del mundo.
Él se atrevió. Era un día de verano y caía un sol de justicia. Mediodía. Una canción. Su voz inundó el espacio. Todo se paralizó creando un gran círculo a su alrededor.
Las luces de las sirenas de la policía se abrieron paso.
Fueron necesarios varios disparos para silenciar la música que emanaba de su garganta.
Los informativos daban la noticia “Un terrorista puso en jaque el bienestar social haciendo sonar melodías prohibidas”, y terminaban con un “Viva el silencio”.
© Texto de Jesús García Lorenzo
Bueno, mataron al músico pero la música es eterna.
ResponderEliminarSAludos.
disfruté tu texto sonreí al final
ResponderEliminargracias un abrazo