14 agosto 2009

La música forma parte de la conquista. Y si no que se lo digan a Bon, James Bon.



La conquista



La melodía de “Cantando bajo la lluvia” llegaba a través de la mampara de baño. Cuando el disco terminó solo quedó la voz desafinada de Ernesto.

Su alegría se debía a una cita. La primera desde su divorcio. Lo tenía todo bien planeado. Una cena en un restaurante lujoso para impresionarla. Un paseo por la playa para enamorarla, y para rematar la cita una última copa en su piso.

Esa misma mañana hizo instalar en el salón, unos reguladores de luz activados por el sonido haría que a una determinada frecuencia, la luminosidad bajara hasta el placer sensual, para volver a subir con otra.

Desde la mesa donde cenaban se podía ver las luces de los yates reflejadas en el mar Mediterráneo. El dulce sonido de un violín, que a un gesto se acercó, provocó en ella un guiño de agradecimiento.

El paseo por la orilla del mar, con los pies descalzos e iluminados por el reflejo de la luna, fue romántico.

Luego el momento esperado, la proposición aceptada de la última copa.

Ernesto abrió la puerta y encendió las luces. Mientras él preparaba las copas, ella puso música. Con el inicio de la melodía las luces bajaron a un estado de relax. Ella sonrió y se dejó acariciar por la suave luz. Él llegó con las copas y la vió allí, esperándolo con una bella mirada de incitación.

Mientras, en el piso de al lado, un joven marchoso llegaba con su novia con el mismo propósito que Ernesto, pero con distinta estrategia.

El portazo dado en el piso de Ernesto pasó desapercibido entre los gritos de los vecinos para que acabase aquella discoteca improvisada.

Mientras que Ernesto, con una copa en la mano veía como sus luces oscilaban de la oscuridad al cegador resplandor, siguiendo el fuerte sonido de heavy metal de su vecino.

4 comentarios:

  1. Se confirma que no existe el plan perfecto, jajajaja
    Besitos/azos.

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  2. Efectivamente, Mariano. Lo bien planeado sale casi siempre mal, y sin embargo lo pensat y fet en un 90% tambien.

    Gracias por tu comentario.

    Un saludo

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  3. La melodía de “Cantando bajo la lluvia” llegaba a través de la mampara de baño. Cuando el disco terminó solo quedó la voz desafinada de Ernesto.


    Buen comienzo para la historia. Desde luego, en la mayoría de las ocasiones nada sale como esperamos.

    Es divertido el desenlace, aunque me temo que no tanto para Ernesto. Bonito el juego que traes con las luces y la música.

    ¡Saludos!

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  4. ¡Hola naTTsR!

    Gracias por pasarLa página en blanco es mala, muy mala.

    Con las paredes que construyen hoy en día hay que averiguar los gustos del vecinito.

    Habría que oír a Ernesto lo divertido que es ¿no crees?

    Gracias
    Un saludo

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