Como siempre se acostó con la intención de forzar el sueño. Tenía la teoría de que si forzaba en una historia al acostarse, siendo protagonista, cuando se durmiera su sueño continuaría con ella.
Por desgracia cuando se levantaba todas la mañanas no recordaba nada de lo que había soñado, y aunque no tenía la certeza de que funcionara, continuaba forzando el sueño.
Una mañana, al levantarse observó que no estaban sus zapatillas en el lugar donde siempre. Se dio cuenta que la puerta de la habitación no estaba. Con algo de extrañeza, se calzó las zapatillas, salió de la habitación y se dirigió al baño. La puerta tampoco estaba. Miró a su alrededor y comprobó que faltaban las puertas de las habitaciones. Un impulso irresistible le hizo correr hacia la puerta de la calle. Sí estaba, pero sin pestillo.
Mecánicamente, como si fuera un robot se hizo un café. La cabeza le daba vueltas. Días atrás, recordó, tenía pensado cambiar todas las puertas por unas nuevas porque ya estaban viejas y algo rascadas por el perro cuando era un cachorrillo ¿El perro?.
Recorrió toda la casa en busca de su mascota. Nada. Nada daba ha entender que hubiera habido un animal en aquella casa. Con la taza de café en la mano se sentó en una silla de la cocina. Llegó a pensar que todo se trataba de un sueño, un sueño que estaba viviendo in situ. Se pellizcó y sintió dolor, por lo que pensó que había despertado, pero ¿Qué estaba pasando?.
Volvió a su habitación en busca de su teléfono, lo encontró encima de su mesita de noche cargado a tope, cosa que no dio importancia cuando lo cogió, pero que le pareció extraño que no estuviera el cargador a la vista. Buscó en la agenda el número de su amiga Ana. No lo encontró, es mas, ningún nombre de los que aparecían en su agenda telefónica le resultaba familiar.
Abrió el armario con la intención de elegir un vestido que ponerse y no reconoció ninguno de los que allí estaban. Comenzó a ponerse nerviosa. Eligió uno al azar y se lo puso. Fue al baño a mirarse en el espejo de cuerpo entero que tenía en la pared a modo de decoración y…
Un grito desgarrador se adueñó de todo el piso. La imagen que le reflejaba el espejo era la de un hombre con barba blanca y arrugas en la cara de haber cumplido los ochenta años. Miró sus manos y sus brazos, no parecían las de un hombre de esa edad. Volvió a mirarse en el espejo y su aspecto había cambiado, estaba rejuveneciendo, al menos habían desaparecido veinte años. Levantó sus faldas y buscó encontrando lo que se temía ¡Era un hombre!, y cada minuto que pasaba era más joven.
Salió del baño confusa, anonadada, nerviosa y con las pulsaciones alteradas y apoyándose en las paredes del pasillo entró en el dormitorio, abrió la puerta del armario ropero y se miró en el espejo interior ¡Dios, mío! El espejo le devolvía la imagen de una mujer joven deseable. Sus manos fueron instintivamente al pecho y luego a la entrepierna.
El teléfono sonó con insistencia Andrés se levantó a cogerlo, algo mareado. Al otro lado se oyó la voz dulce de una mujer.
—Los sueños ni se pueden controlar, ni se pueden forzar, y a veces es peligroso querer dominarlos.
Andrés recordó, miró en el espejo y se observó. Su corazón no pudo soportarlo y se desplomó.
©Jesús García Lorenzo
Jo, qué historia tremenda. Los sueños hay que dominarlos siempre o nos llevarán al fracaso.
ResponderEliminarEl texto es alucinante. Me encanta
Un abrazo.
Muchas gracias Moony. ¿Estás segura de que se pueden dominar los sueños?
EliminarUn abrazo
¡Menuda historia!
ResponderEliminarhay cosas que no se pueden controlar ;)))
Un abrazo.
Efectivamente Alfred, y los sueños es algo que todavía no se han podido controlar, sino no tendríamos pesadillas.
EliminarUn abrazo
Ayyyyyyy Dios miooooo Jesussssss jajaj tienes una imaginacion y elocuencia cuando narras que uno se queda ahi todo el tiempo, temiendo los desenlaces porque ya conocemos tu estilo.. Impresionante historia.. felicitaciones!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Eli, es un placer tenerte como letra.
EliminarUn abrazo
En el mundo de Morfeo, sólo manda él.
ResponderEliminar¡Excelente texto!.
Aferradetes.
Gracias Paula,
EliminarYa he encontrado los comentarios de spam.
Un abrazo
Me ha encantado abrazos desde la tormenta tropical en Miami
ResponderEliminarMuchas gracias Recomenzar.
EliminarUn saludo
Los sueños, esa cajita misteriosa, donde el pensamiento es totalmente libre. Nadie los puede forzar ni dominar.
ResponderEliminarExcelente relato.
Aferradetes.
PD: Es el segundo comentario que te dejo. No sé que pasa con Blogger que aparecen una vez dejados y al volver a mirar ya no están. Puedes mirar si te ha quedado como spam?
La libertad bien entendida empieza por los sueños.
EliminarGracias
PD:Me vas a perdonar pero no se donde mirar para ver si esta en spam, pero no te preocupes, sé que cuento contigo en la lectura de mis letras. Gracias.
EliminarEn comentarios, deberías tener una pestaña que al pincharla te sale un menú:
-Pendientes de moderación
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-Contenido basura o Spam
Miras en Spam y seguro que está el mío y quizás de otros. Últimamente es muy frecuente en los blocs, gente asidua al blog que sus comentarios se quedan en Spam. Blogger que está jugando un poco con nosotros.😜
¡Gracias!.
Efectivamente, Paula, estaba en spam , y como tu dices en el mundo de Morfeo solo manda él.
Eliminar¡Hola, Jesus!
ResponderEliminarDecirte que tienes un excelente contenido.
Te dejo el enlace de mi blog por si te apetece pasarte por él, seguirnos y comentarnos.
Saludos desde blueshendrix.blogspot.com
¡Nos leemos!
Muchas gracias por pasarte y leer. Ahora mismo entro en tu blog.
ResponderEliminarUn saludo