15 junio 2022

El escritor



En ocasiones la realidad nos hace bajar de las nubes con tal rapidez que hay quien se rompe la crisma, pero en otras nos mantiene en ellas flotando sin llegar a creérnoslo.

David comenzó a escribir desde una edad muy temprana, en el colegio sus redacciones llamaban la atención de sus profesores. muchas entrevistas con sus padres hicieron comprender a sus docentes que aquel niño tenía algo especial.

Cuando adolescente ganó varios concursos literarios con sus cuentos. Todo pronosticaba que sería un magnifico escritor, que sus novelas se harían famosas y su vida estaría resuelta con las letras. Su primera novela « Soy del siglo XX » se publicó cuando contaba dieciocho años. La ciencia ficción le apasionaba, su autor favorito, Isaac Asimov, no le dejaba dormir, pues hasta que no terminaba la novela no se dormía, y por supuesto soñaba con ella como parte de sus personajes.

A la edad de veinticinco años sus novelas eran conocidas en toda Europa. Traducidas al francés, inglés y alemán, numerosos adolescentes se pasaban las horas leyendo sus historias.

Una noche en medio de una aventura en los Alpes, su personaje principal se reveló. Por más que David escribiera que su personaje debía matar con una pistola a su partenaire, en un arrebato de celos en medio de una escalada, éste arrojaba el arma al abismo.

—¿No lo ves? Es una incongruencia.

—¡Pero, Bueno! Yo soy el autor y harás lo que yo escriba, y desee.

De día se hizo con aquella discusión, El sol, con sus rayos directos a la cara, parecía que se posicionaba de parte del protagonista. David cansado de que la luz celeste le impidiera ver con claridad la pantalla del ordenador, bajo la persiana teniendo que encender la lampara del escritorio para ver el teclado. La discusión continuó durante toda la mañana. No comió, no atendió las llamadas de su editor que se interesaba por el desarrollo de la novela que tenía que entregar en tres semanas. Se encontraba en una batalla que cruel y despiadada estaba seguro de ganar, porque o ganaba o escribía otra.

A la salida de la luna decidió guardar el archivo de la novela en la carpeta de imposibles, carpeta que durante años estuvo vacía y que comenzó a ocupar con la de aquel personaje rebelde, y se enfrascó en una nueva historia.

En mitad de la noche sintió hambre y se dirigió a la cocina a preparase un bocadillo para no interrumpir mucho su trabajo, pues en tres semanas tenía que entregar una novela a su editor. Una sorpresa le aguardaba en la pantalla de su portátil, al sentarse en el escritorio frente al ordenador la página había desaparecido y en su lugar, ocupando la mitad, una frase en negro sobre blanco.

—No te vas a librar de mí tan fácilmente desterrándome en una carpeta vacía.

El asombro hizo que dejara de masticar y tragara el bocado provocando un ahogamiento que solucionó bebiendo un vaso de agua. Puso sus manos sobre el teclado y antes de que llegara a escribir apareció otra.

—¡No! No estoy dispuesto a obedecerte sin que hayamos hablado antes.

El asombro de David fue mayúsculo.

—… y debemos hacerlo cara a cara.

La imagen de un hombre perfectamente descrito en las primeras páginas de la novela, apareció ocupando toda la pantalla, le hablaba con naturalidad, algo enfadado eso sí, pero dispuesto a discutir el final de una novela que, según él no tenía ningún sentido.

Una vez superado el asombro, David se enfrascó en una discusión fuera de todo ámbito.

Alfonso Duarte, editor de David, decidió acercarse a su casa al no tener noticias de su escritor favorito, y puesto que no atendía sus llamadas. Llamó varias veces al timbre sin resultado, primero pensó que habría salido, pero sacó de su bolsillo las llaves de la casa de David, dudó un momento, pero abrió, entró.

En la pantalla del ordenador vio con asombro como la imagen de David luchaba a brazo partido con un hombre que no pudo reconocer.

El sonido de un disparo le hizo echarse atrás, y observó con horror que de la pantalla goteaba sangre, y el otro hombre repetía sin cesar « Te lo advertí, no estoy dispuesto a obedecerte ».


©Jesús García Lorenzo

10 comentarios:

  1. Hay protagonistas que son muy suyos y además muy cabezones.
    Buen relato amigo.

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    1. Gracias Alfred, efectivamente muy cabezotas.
      ¡Ah! por cierto, estoy leyendo tu novela, y he de decir que de momento me gusta.
      Un abrazo

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  2. Muy buen relato, lo creo tan bien que tomó vida propia.
    Saludos.

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  3. Personajes que se rebelan con tanta pasión que terminan con lo previsto.

    Magnífico relato, Jesús.
    Aferradetes.

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    1. Hola Paula, y te obligan a terminar de manera distinta a la que pensabas.
      Un abrazo

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  4. Excelente, brillante, original. Y todo eso desde una prosa pulcra y despojada. Te felicito, Jesús.
    Un Beso.

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  5. Jo, qué pasada de texto. Es alucinante.
    Escribes de maravilla Jesús, lástima que lo haces poco.

    Un beso enorme.

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    1. Gracias Moony,
      Sí es cierto lo hago poco, al menos no tanto como quisiera.
      Un abrazo

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  6. Hola Mónica, me alegra volver a leerte, te echaba de menos, sobre todo con tus comentarios que hacen que se supere cualquier bajón que se pudiera tener. Gracias muchas.
    Un beso

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