En esta ocasión abandono “El
mundo desconocido de las letras” para ser el primero en desearos una feliz
navidad con un cuento que ya publiqué hace unos años.
Quisiera
dedicarlo —con vuestro permiso— a mi nieto David, con la esperanza de que algún
día pueda leerlo.
También
a todos los nietos del mundo, incluido el de mi maestro Don Miguel Morellá.
¡Feliz Navidad a todos!
El destino de una
estrella
Érase
una vez…, una estrella muy, pero que muy pequeña. Sus hermanas se burlaban de
ella por su minúsculo tamaño, y por la poca intensidad de luz que emitía en el
firmamento.
—¿A
dónde vas, enana? —le decían sin ningún miramiento.
Decidió,
ante el rechazo, desplazarse a una galaxia cercana. Al verla llegar se rieron
de ella.
—Pero
si brilla menos que una linterna —comentaban unas.
—Aquí
no tienes cabida —dictaminaban otras.
La
pequeña estrella saltó de nebulosa en nebulosa, y siempre con el mismo
recibimiento. Sola y desamparada se puso a llorar. Un agujero negro que pasaba
por allí le preguntó por su llanto, y ella contestó que nadie la quería por su
diminuto cuerpo.
—No
te preocupes, ven conmigo, yo te haré grande.
—¿De
verdad? —preguntó entusiasmada.
—¡Claro!
Te daré masa con la que podrás aumentar tu tamaño y tu luminosidad.
La
estrellita sonrió y se dirigió hacia el agujero, pero a mitad del camino un
meteorito le gritó: “¡No, cuidado, te engullirá como hizo con mis hermanos!”.
—No
le hagas caso. Ven.
—¡No,
estrellita! Si entras no regresarás nunca —le gritó el meteorito.
Estrellita
miró hacia el agujero, y al verlo tan negro se asustó alejándose de él.
—Ven
conmigo, te enseñaré lugares que nunca habrías imaginado —dijo la piedra
errante.
Al
acercarse al asteroide éste comenzó a girar alrededor de ella.
—¿Qué
haces? —preguntó algo mareada por seguirlo.
—La
atracción gravitatoria. He entrado en tu campo de gravedad, y así estaré hasta
que sea atraído por tu masa y forme parte de ella —gritó entusiasmado el
meteorito.
—¿Y
no te da miedo?
—¡Que
va, al contrario, es lo que estaba buscando!
Estrellita
y su amigo viajaron por el universo encontrándose con otras piedras que se
unieron a ella. Poco a poco Estrellita fue ganando masa, y su luz cobró
intensidad. Creyéndose mejorada volvió con sus hermanas, pero otra vez sintió
el rechazo.
—Vete
de aquí, nos deslumbras.
—¡Fuera!
Eres demasiado grande, aquí no cabes.
Entristecida,
buscó en el firmamento un lugar apartado donde pasar la vida solitaria a la que
se veía condenada.
«No
sirvo para nada, soy un fracaso como estrella», pensó, y se resignó a su
soledad.
A
través del telescopio, un rey descubrió a Estrellita. Realizó sus cálculos, y
comprobó que siempre se movía en la misma dirección. Al Oeste.
El
rey Baltasar recibió la visita de su amigo Melchor, ambos estudiaron aquella
estrella, y llegaron a la misma conclusión. Decidieron seguirla.
En
el camino se encontraron con Gaspar a quien también le había llamado la
atención el cuerpo celeste. Los tres reyes se unieron en su trayecto.
Estrellita
lloraba su aislamiento. Sus lágrimas, revoloteando detrás de ella, formaron una
gran cola que, al reflejar su luz, le proporcionaba un aspecto majestuoso. De
pronto una voz dulce y profunda la llamó.
—Estrellita.
—¿Quién
me llama? —preguntó asustada.
—Soy
tu creador —dijo la voz—, no tengas miedo. Tienes una misión que realizar.
—¿Una
misión?
—Sí,
aquella para la que fuiste creada. Servir de guía.
—¿Guía,
para quién?
—En
aquel planeta azul, hay tres reyes de oriente, que siguiéndote encontrarán al
que buscan.
—¿Otro
rey?
—Sí,
al Rey de reyes, que ha nacido en un lugar llamado Belén.
—Belén,
¡qué bonito!
—Por
ello serás conocida, a través de los tiempos, como la estrella que los guió.
Serás la estrella de Belén.
Cada
veinticuatro de diciembre, en el firmamento hay una estrella brillando más que
las demás. Orgullosa y sonriente sirve de guía para aquellos que buscan su
destino.
Un cuento precioso Jesús, que llega al alma y para leer mil veces...
ResponderEliminar¡Feliz Navidad a toda la familia!
Muy bueno! Me ha gustado ese cambio en el "significado" de la estrella. Hace pensar que todo tiene su historia antes de que nosotros lo conozcamos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Milena, gracias, y feliz Navidad a todos
ResponderEliminarEhse, muchas gracias.
ResponderEliminarFeliz Navidad.
Un Brazo
Jesús
Qué hermoso relato, Jesús. Pero qué hermoso relato...
ResponderEliminarImagino a David escuchándote leerlo en voz alta, con esa mirada que tienen los niños cuando siguen, absortos, el camino de la imaginación. Ya llegará ese día, ¿no es así?
Un abrazo grande,
Esther
Gracias, Esther
ResponderEliminarYo también lo imagino.
Un abrazo
Jesús
Un cuento muy bonito y delicado. :)
ResponderEliminarSiempre sorprendente, Jesús. Digno cuento navideño.
ResponderEliminarUn cordial saludo y felices fiestas
Jamás me lo había oído relatar de una manera tan hermosa! Como me gusta la gente que cuenta las cosas a su manera :) Me ha tenido con una sonrisa desde el principio :) A partir de ahora cada 24 de Diciembre recordaré este relato...este relato pequeñito que va dejando una estela por donde pasa :)
ResponderEliminarMe ha hechizado por completo!!!
Un abrazo inmenso!!!