Bailaba entre multitud de lobos hambrientos, pero se fijó en mí.
La noche fue apasionada e insaciable.
Al despuntar el día me impidió marchar. Sus ojos azabaches me decían: "Tú cierras mi cupo de primavera".
Hasta ella, La Impía, La Güera. La Muerte. Tenía objetivos que cumplir.
La noche fue apasionada e insaciable.
Al despuntar el día me impidió marchar. Sus ojos azabaches me decían: "Tú cierras mi cupo de primavera".
Hasta ella, La Impía, La Güera. La Muerte. Tenía objetivos que cumplir.
Je je je, me engañaste, Clarinete, en Prosófagos pensé que te referías a una prosti o mujer demasiado liberada;pero veo que hablabas de la muerte, je je je, ten cuidado no la tientes demasiado, recuerda la entrevista, je je je.
ResponderEliminarAbrazos.
La muerte siempre es puntual, nunca llega antes ni después, siempre a tiempo llega.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Antony.
ResponderEliminarAsí parecía hasta el final, ¿no?
El día que vea por la tele una bella mujer con ojos color azabache la apagaré rápidamente, por si acaso.
Un abrazo
Jesús
Hola, MaLquEridA, gracias por comentar.
ResponderEliminarEfectivamente, como un reloj, pero en esta ocasión quiso darse una alegría antes.
Un saludo
Jesús
Me gusta mucho tu estilo Jesús, es tan difícil ser conciso!
ResponderEliminarUn abrazo
Milena
Gracias, Milena.
ResponderEliminarEs cierto, ser conciso es difícil, pero para mí es más difícil extenderse sin ser aburrido.
Un abrazo
Jesús
Bueno, jaja, ¡qué manera de engañar! Empecé a leer pensando en una noche al rojo vivo con una desconocida, sin tener en cuenta que te leía a vos, que SIEMPRE te las arreglas para sorprender a tus lectores, que no aprendemos más, por lo visto y leído más arriba. Deberíamos verte venir ya a esta altura, pero no.
ResponderEliminar¡Vaya cuentito! Me ha dado friote al final. Y suscribo lo que dice Milena; hay que saber ser conciso y atraer al lector. Admirable cualidad la tuya.
Te felicito por este micro. Creo que podría tranquilamente concursar y ganar a lo pavote.
Un abrazo.
Muchas gracias Turkesa por tus palabras. Siempre he creído que un micro, como este de cuatro líneas, es como un huevo en manos de un mago, cuando se rompe nunca sale una clara y una llema.
ResponderEliminarGracias por pasar.
Un abrazo
Jesús