Una noche iluminada con una luna redonda, poderosa, relegando la oscuridad al rincón más alejado. Dos gatos y un tejado.
La conversación de los dos gatos, incansable y penetrante, retumbaba en los oídos de aquel hombre, que dando vueltas en la cama no lograba conciliar el sueño.
Desesperado se sentó al piano, y puso música a los malditos maullidos causantes de una gran noche de insomnio.
El mundo entero está agradecido a los dos gatos, y a Rossini.
No tenía de idea de esta obra.
ResponderEliminarFantástico, curiosísimo y genial que hayas traído aquí.
Abrazos.
Panchito qué alegría. Me alegra que te haya gustado este trocito de música que tiene su toque de humor, y estos chicos lo hace genial.
ResponderEliminarRossini era muy bromista, y lo demuestra con estos maullidos.
Un abrazo
Jesús