05 marzo 2022

Obsesión


        Escribir, escribir y escribir. Su mente no hacía otra cosa que repetirse la misma instrucción. No se alimentaba, no dormía y el alba siempre le encontraba igual que cuando lo abandonó. Con la pluma en la mano.

Su casero le maldecía por no abonarle lo pactado, aunque más le enfurecía que no le abriera la puerta. Desde la calle le recriminaba y amenazaba con llamar a la policía, pero él ni se inmutaba y continuaba escribiendo.

Una mañana los golpes dados por la policía consiguieron derribar la puerta, allí no encontraron a nadie, sólo una habitación llena de libros, una mesa a rebosar de folios y una voz que salía de uno de ellos pidiendo auxilio.


©Jesús García Lorenzo

14 comentarios:

  1. Abducido por sus propios escritos.

    Un saludo.

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  2. Jo...maravilloso texto. Me siento identificada.

    Un beso grande.

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  3. Y se convirtió en palabras, en comas y acentos. Muy buen micro y mejor final. Un abrazo

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    1. Se convirtió en algo que amaba y a la vez se horrorizó.

      Un abrazo

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  4. Muy buen microrrelato y cierto, a veces te dejas engullir por el trabajo, o incluso por una actividad placentera, y no esto no trae buenas consecuencias :))
    SAludos.

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    1. Hola Manuela,
      en efecto en ocasiones el trabajo, o un hobby o como tu dices " Una actividad placentera" nos absorbe tanto que nos roba tiempo y vida.

      Un saludo

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  5. Todas las obsesiones son malas, aunque quiero creer que entre todas, es la mejor.

    Magnífico, como siempre.

    Aferradetes, Jesús.

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    1. Hola Paula,
      No sé si será la mejor, pero es muy placentera. Escribir historias donde puedes manejar (aunque aveces son los personajes quienes te manejan), los sentimientos, vida y tribulaciones de los personajes a tu gusto es placentero, incluso donde puedes matar sin que te metan en la carcel.

      Gracias.
      Un abrazo

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  6. Magnifico final. La obsesión nos puede llevar a otra dimensión..... Saludos amigo.

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    1. Hola Sandra,

      Viajar en el tiempo, por todo el mundo y en el transporte que quieras o desees, pero eso sí, sin obsesionarse que pueden ocurrir cosas muy extrañas.

      Un abrazo

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  7. Hola Jesús.

    ¡Uff! ¡Fascinante texto!
    La obsesión contada como una muerte aparte. Felicidades, amigo.
    Un beso.

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    1. Hola Mónica,
      La obsesión, como dices, no deja de ser una muerte, lenta, pero muerte al fin y al cabo.

      Un fuerte abrazo

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