21 noviembre 2021

El funeral


—Todo esto me parece una parafernalia difícil de creer.

—¿Por qué?

—¡¿Pero es que no lo ves?! Jamás hubiera pensado que un día como hoy lloraría tanta gente. Es más. Creo que la mayoría está fingiendo. Habría que buscar a quién está pagando tanta plañidera.

—¡No seas tan desconfiado!, También hay hombres llorando y no creo que…

—¿Qué ocurre, no pueden existir plañideros? Además no conozco a la mayoría.

—¡Ah! ¿Y eso les hace parecer falsos?

—¡No seas absurda!, lo que ocurre es que nunca los había visto con ese… ¡Sofocón!

—¿Por eso fingen?

—¿Me tomas el pelo? —le dijo mientras le miraba a esos ojos inexistentes—Imagino que a lo largo de los muchos años que tienes te habrás encontrado con más de un plañidero.

—Así es—dijo con una sonrisa en la cara—, los he visto.

—¡Basta, por favor! El ser tú la causante de todo esto ni te da derecho, ni me gusta, ni me parece apropiado sonreír en mi funeral.

Y se fueron los dos a ese lugar que sólo los que la han visto saben.


© Jesús García Lorenzo

12 comentarios:

  1. Sonreír en mi funeral...ojalá lo haga mucha gente al recordarme.

    Como siempre un texto genial, no puedo decir más.

    Un abrazo grande.

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    1. Hola Moony,
      eso es una cosa que no sabremos hasta que seamos los protagonistas, si es que podemos verlo.
      Muchas gracias
      Un abrazo

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  2. Hasta el más allá. Me hizo recordar "ojos de perro azul" de García Márquez.
    Muy bueno.
    Abrazo.

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    1. Hola Sara,
      Muchas gracias, tendré que leer el libro que nombras.
      Un abrazo

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  3. En ese momento tan difícil para los que se quedan, nadie puede ponerse en la piel de otro. Y seguramente hay de todo, los que fingen, los que no saben como comportarse, los que no sienten nada, los que sienten remordimiento, los que darían todo porque no hubiera sucedido... incluso los que lloran.
    La muerte, ese paso no asimilado para casi todos.

    Como siempre, un magnífico relato.
    Besos.

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    1. Hola Paula,
      la muerte, como final de la vida es algo que nunca se asimila, los jóvenes por lo obvio, los maduros porque aún queda, y los viejos porque se resisten, aunque algunos y según la edad se preparan para el paso y lo aceptan.
      ¿Los que quedan? Sufren pero el ley de vida.
      Un abrazo

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  4. Muy buen texto, pienso que es verdad, aveces en los funerales ves a gente llorando a mares por el que se fue pero en vida nunca lo visitaron, etc.... gente falsa.... Saludos.

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    1. Hola Sandra,
      que verdad tan grande dices, y los hay que gritan aquello de ¿Por qué no me has llevado a mí?, publiqué un brelato en este blog (en septiembre) al respecto "El adiós".
      Un abrazo

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  5. Hola, Jesús.

    Describes con impecable maestría un impensado diálogo entre el muerto y la muerte, original y muy bien llevado a término, como siempre. Además me ha arrancado una sonrisa el ego herido de quien ya no es. Muy ingenioso y con la picardía justa. Te felicito.

    Un beso.

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    1. Hola Mónica,
      como siempre me gusta leer tus comentarios porque ves cosas que me recuerdan cuando lo estaba escribiendo y buscaba la forma de decir algo sin llegar a decirlo, y tu lo encuentras.
      Gracias como siempre por tu comentario.
      Un fuerte abrazo

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  6. La muerte tiene un sentido del humor muy especial.

    Un abrazo

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    1. Hola Alfred,
      efectivamente la muerte es caprichosa y eso le da un sentido del humor distinto.
      Un abrazo

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