¿Qué motivo tengo para estudiar idiomas? ¡Pues bien!, todo se podría resumir en que me gusta leer.
¡Vaya! Tu silencio me indica que debo explicar mi respuesta. ¡Verás!, yo, como mucha gente, he leído muchos libros traducidos a mi idioma materno ¡No, no te equivoques!, no tengo ninguna queja, los traductores, en general, son muy buenos, pero leer en el idioma en el que se creó una obra maestra es espectacular.
Leer las expresiones que Antoine de Saint-Exupéry puso en boca de “El principito”, o leer como Agatha Christie enfadaba a Hércules Poirot reivindicando su nacionalidad con aquello de: “Je ne suis pas français, je suis belge, monsieur”, es imaginar al personaje hablar.
Lo malo es que he llegado tarde para aprender todos los idiomas que quisiera aprender, ¿no crees?
—Pues verás, allá donde te voy a llevar —dijo el acompañante—, no vas a tener problema de comunicación porque todos hablan un mismo lenguaje, además vas a conocer a tus autores preferidos en persona, y podrás comentar con ellos tus opiniones sobre sus obras.
De la mano calavérica de mi acompañante caminé hacia un infinito con una luz cegadora.
Jo, es impresionante este texto.
ResponderEliminarFelicidades.
Un abrazo grande.
Muchas gracias Moony, espero que el próximo te guste más.
EliminarUn saludo
Un camino lleno de luz para ir a dónde no se vuelve.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, pero donde podrás hacer, decir, y conocer lo que no podías antes.
EliminarUn saludo
Tienes razón para leer y hasta par escuchar una canción conocer el idioma original es una suerte. Animo y estudia. Abrazos
ResponderEliminarGracias Ester, pero a mi edad poco , aunque no hay edad para aprender, y continuaré con mis idiomas.
EliminarUn saludo
Nunca es tarde para aprender, aunque creo que en este caso sí lo fue.
ResponderEliminar¡Excelente relato!.
Un abrazo.
Hola Sa lluna, nunca, es verdad, nunca se llega tarde.
EliminarUn saludo
Muy buen final, ya era tarde para aprender otros idiomas. Saludos
ResponderEliminarHola Sandra, gracias, espero que el próximo te guste mas.
EliminarUn saludo
¡Muy bueno! Aunque ahora me pregunto si los autores en ese lugar también tendrán manos calavéricas :P
ResponderEliminarAhora, hablando en serio, me quedo con la reflexión de que leer alguna obra en su idioma original es imaginar a los personajes hablar (o, al menos, es intentar pensar en ellos como el autor o la autora lo hacía al escribir).
Gracias por el relato.
Te mando un saludo.
Hola Alexander, gracias por tu comentario. Es refrescante ver que hay lectores que están de acuerdo conmigo en lo de leer en el idioma original.
EliminarGracias de nuevo.
Un saludo
Hola, Jesús.
ResponderEliminarAllá, en el despertar del "infinito de luz cegadora" no resulta necesaria la precariedad pasajera de los idiomas. Es el fin de la torre de Babel y la llegada a un entendimiento perfecto. Me ha gustado cómo lo has resuelto.
Un beso.
Hola, Mónica
EliminarEs un sueño, pero me imagino hablar con los grandes a los que he admirado sin tener que preocuparme de si me entienden o no.
Un abrazo