Año nuevo. Nuevas esperanzas y promesas incumplidas. Así lo creía Andrés hasta esa noche de celebración y brindis.
Su deseo: tener un Chihuahua enano. Cuando un amigo le dijo: «Toma, para ti», la cara se le iluminó.
Una noche de reyes sonó un disparo. Andrés sostenía el cuerpo inerte de su Chihuahua. En un rincón yacía un ladrón con la garganta abierta.
Bueno, al menos el perro chihuahua salvó a Andrés de ser robado, pero lo pagó con su vida.
ResponderEliminarAbrazos.
Parece mentira lo que un perro puede hacer por su amo.
ResponderEliminarGracias por pasar Antony.
Un abrazo
Jesús