11 julio 2025

El ataque

Los lobos atacaban sin piedad al cordero, y este chillaba a cada mordisco que recibía. Sus alaridos llamaban a sus hermanos con la esperanza de que le ayudaran a librarse de aquel feroz ataque, pero ninguno se movía, lo estaban dejando a su suerte.


Una vez dejó de gritar, su sangre inundó la tierra, su cuerpo inerte quedó en el suelo. Los lobos con sus hocicos manchados por el color rojo del líquido orgánico, fueron reuniéndose al rededor de su jefe esperando la indicación para lanzarse a por la próxima víctima, pero en ese momento apareció el pastor acompañado de sus dos acompañantes, armados con palos y lanzando alaridos para ahuyentar a los lobos. La manada se retiró con rapidez ante la intervención del pastor. Una vez alejados y sintiéndose seguros de las amenazas del pastor, el jefe de la manada, se volvió serio, frío y amenazador, aulló una vez, luego, mirando fijamente a la manada de corderos, amenazó con la mirada.


A la mañana siguiente, el periódico local describía en un artículo el encuentro del cuerpo de un drogadicto que, al parecer, se habían ensañado con él. Todo parecía, según la policía, a un ajuste de cuentas. 


Según pudo descubrir el periódico, mientras estaban atacando a la víctima, varias personas, al tiempo que llaman a la policía, pudieron hacer correr a los atacantes al grito de “Policía, policía”.