Después de pensar mucho en alguna mujer que más me ha marcado, y no encontrar a nadie, hice la reflexión al revés: ¿Qué hombre me ha enseñado a una mujer que me ha hecho cambiar el concepto de mi vida?.
Encontré enseguida al hombre, y éste me presentó a la mujer. Ella me mostró la tranquilidad de la resignación, y poco a poco me endulzó el miedo a lo desconocido.
A través de ella descubrí que el paso no tiene porque ser traumático, y su compañía , a pesar de muchas opiniones, no es ni mala ni buena.
Los escritos del hombre fueron clarividentes enseñándome como ver a la mujer sin ningún perjuicio, ni juzgar su trabajo ni su aspecto, viéndola tal cual es. A través de sus letras descubrí que el temor se fue alejando, encontrándola natural.
La he visto en la calle, en el cine, en los medios televisivos y me la he encontrado incluso en los medios radiofónicos. Verla cara a cara todavía no, pero todo se andará, no tengo más que tener paciencia y esperar.
¿Su nombre? La Muerte.
© Jesús García Lorenzo