07 diciembre 2011

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Andrés, cincuenta y nueve años, casado y con dos hijos. Una tarde de regreso a su casa del trabajo recoge el contenido del buzón. Entre los seis sobres hay uno pertenece a una editorial que, mediante publicidad, intenta venderle libros.

La curiosidad, y el ser un lector de los que se les denomina como devoradores de textos, le hacen abrir ese sobre el primero. Entre el catálogo de libros a la venta que acompaña a la publicidad hay una carta escrita a mano, cosa que le parece excepcional puesto que es una rareza, del gerente.

En su recorrido dentro del ascensor su cara va cambiando de gesto y color a medida que lee el contenido. Cuando el elevador se detiene en el piso seleccionado, Andrés está indignado, malhumorado y a punto de explotar.

Tras atravesar la puerta de su hogar, saludar a su familia y encerrarse en su despacho, lugar de trabajo o como lo llama su señora: “Leonera”. Enciende el ordenador y se presta a enviar un email dirigido al gerente de la editorial que le ha enviado la publicidad.

Muy señor mío:

Acabo de recibir, de usted, una carta donde se me expone el catálogo de su editorial por si quisiera comprar algún libro. He de decirle que estoy muy interesado en alguno de los libros que me ofrece. Por otro lado, quisiera hacerle ver algo muy importante para su negocio y su formación personal.

Verá, el diccionario de la Real Academia Española, así como el de María Moliner y otros muchos que su editorial ofrece, exponen claramente que: «Haber» es un verbo, que «A ver» es ir a mirar o expresa esa intención, y que «Haver» NO EXISTE. Que «Hay» pertenece al verbo haber, que «Ahí» denota un lugar, que «Ay» es o forma parte de una exclamación y siempre va entre admiraciones, pero que «Ahy» NO EXISTE. Que «Haya» pertenece también al verbo haber, que «Allá» indica un lugar, y que «Haiga» NO EXISTE.

¡Ah! Para su información, y que sugiero que se lo escriba en su libreta de nuevas palabras del día: «Valla» es una cerca, «Vaya» pertenece al verbo ir y que «Baya» es un fruto.

Para terminar le sugiero que la próxima carta se le dicte a su secretaria, que seguro que a pesar de cobrar menos que usted tiene más cultura.

Atentamente

Un lector

7 comentarios:

  1. ¡Ja,ja, ja! ¿pero qué es esto? ¿Alguna mala experiencia de este tipo? Tienes toda la razón. En mi carrera (de ciencias), la gente se ofendía cuando algún despistado profesor exigía algo de corrección en la forma de escribir. "Soy de ciencias, no soy filólogo. No me tienen por qué exigir que escriba bien" decían. Así pasa con los informes y proyectos que circulan después por el mundo...
    Un saludo

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  2. ¿Te ha pasado algo parecido? será una exageración muy exagerada ¿no? No me imagino al gerente de una editorial cometiendo tantas faltas de ortografía tan graves en tan corto espacio. Aunque es cierto que muchas veces dándose una vuelta por internet ves tantas cosas de ese estilo que casi acabas acostumbrándote.
    Puede pasar que a veces se cuele una falta (una vez vi un párrafo de presentación de un libro en el que ya había una falta, y bastante grave, y se supone que es el párrafo que más han cuidado, para atraer lectores).
    Sin embargo un gerente de editorial escribiendo "Haver", "Haiga" y "Ahy"... es aún más raro que el hecho de que escriba a mano (¿o es que sin el corrector del Word no somos nadie?)

    Un abrazo
    Ehse

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  3. Beren ¿Qué te parece? Eso que cuentas es un hecho real la pregunta de ¿Para qué voy a estudiar... si no me va ha hacer falta? Y como tu dices luego pasa lo que pasa.

    ¿Experiencia?, bueno, podría contarte algún caso en el que se le da unas cuantas patadas al diccionario desde una altura social para matarse.

    Gracias por pasar
    Un abrazo
    Jesús

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  4. Ehse, muchas gracias por pasar.
    Efectivamente es una exageración exageradamente exagerada, pero no descartes que hay posiciones en las que si no contaran con una secretaria se verían cosas así o quizás no porque no habrían tantos escritos.

    El corrector de Word es como la calculadora, de tanto usarla te olvidas de las tablas. ¿No me digas que no has oído a nadie preguntar: Cómo se escribe enrollarse con "elle" o con "Y" griega? y luego lo escriben con doble erre.

    En esta vida hay muchos atrevidos, y aunque yo soy uno de ellos, o quizás porque lo soy, puedo decir y digo que usemos las herramientas que nos da la ciencia como los medicamentos, con moderación.

    Un abrazo
    Jesús

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  5. Si un tipo de estos vende cultura que se deja para el obrero.

    Abrazos.

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  6. Jajaja… Claro que es un relato de ficción con cierta dosis de exageración, como corresponde al humor, pero para nada alejado de la realidad.

    «Ahy» no existe, pero no es raro encontrar la confusión entre «hay» y «ay», porque, como ambas palabras están en la base de datos de los correctores ortográficos (que no son correctores, en realidad), estos las dan por válidas, ¿y el autor del texto? No se dio cuenta del grave error cometido.

    Y sí me ha sucedido, y no una vez sino varias veces, de recibir publicidad de talleres literarios, con textos que, aunque no presentaran errores en la ortografía de la palabra, sí los tenían —y evidentes, no algún detalle en el uso de los signos— en la ortografía de la frase, sin contar la pobreza léxica. ¡Talleres literarios!

    Mejor ni hablemos de las pantallas y zócalos televisivos, o del subtitulado de las películas y series…

    En fin. Creo que el personaje ha perdido su tiempo con el mail. Seguramente lo abrió la secretaria y, prudentemente, lo eliminó antes de que su jefe lo leyera, se enojara con ella (aunque la pobre no tuviera nada que ver) y le bajara el sueldo.

    Un abrazo,
    Esther

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  7. Esther, no soy una autoridad en este tema, pero hay cosas que claman al cielo, y no sólo me estoy refiriendo al ortográfico.

    Un abrazo
    Jesús

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